una casa de estilo oriental

Decoración oriental y contemporánea

La armonía y el equilibrio que sugieren filosofías milenarias como el Feng Shui son el recurso perfecto para darle a la decoración de nuestro hogar un matiz ornamental cercano al misticismo.

El proyecto que os presentamos es fruto del esfuerzo de Arquitectura de Interior, una empresa que propone la creación de espacios llenos de singularidad.

Determinar con pericia las bases que moldearán los espacios es el primer paso antes de comenzar a trabajar. En este sentido, la estética que se impone está marcada por una línea artística en la que lo conceptual dota de exclusividad todos los ambientes. Con el fin de diferenciar la zona pública y la zona privada, Silván propone varias estrategias sutiles que permitirán conseguir el efecto deseado.

Lo social frente a lo privado

La vivienda articula su superficie distribuida en varias estancias, unas de uso general y otras más íntimas. La primera zona ocupa un espacio generoso y refleja la idea de apertura hacia el exterior. La parte más personal queda protegida gracias a una puerta tras la que se guardan celosamente todos los secretos de la habitación principal, al tiempo que descubrimos otras habitaciones esenciales como dos cuartos de baño, la cocina y una habitación polivalente.

El color es una de las claves en la búsqueda de la particularidad. El blanco es el comodín que baña toda la casa excepto algunos paramentos verticales pintados en un color muy intenso para ofrecer una agradable armonía. Gracias a este detalle tonal, el salón da la bienvenida al tostado, el dormitorio se deja llevar por el lavanda y el lila invade la habitación secundaria.

La misión decorativa del mobiliario y de los accesorios no ha sido tampoco dejada en manos del azar. Lejos de cumplir un papel puramente caprichoso, los colores de muebles y complementos ornamentales tienen mucho que ver con el entorno en el que se encuadran. Simultáneamente, la funcionalidad también es tenida en cuenta a través de aspectos tales como la ergonomía y los lugares de tránsito y acceso.

decoracion con estilo oriental

Bienvenidos a la armonía

En esta primera zona, se han decidido combinar dos clases de revestimientos para las paredes. Pintura y empapelado se unen para transmitir una misma idea. Al color blanco se le superpone, justo en la zona central del muro, tres tiras de papel pintado vinílico beige. La textura de serpiente es innovadora y un recurso genial con el que, desde que se pone el primer pie en la casa, ya se está captando la atención del visitante.

La iluminación es otro de los fuertes en los que Arquitectura de Interior ha querido incidir para cumplir los objetivos marcados. Se ha colocado totalmente nueva, sacando un punto de luz central en el techo y dos puntos de luz en la pared. Estos apliques ubicados en la pared tienen la función de iluminar el papel pintado, dejando caer unos conos de luz para dar más viveza y provocar cierta atracción visual.

El mobiliario estilo oriental

En cuanto al mobiliario, se ha colocado una consola de estilo años cincuenta compuesta por estantes y puertas de madera de roble y estructura de acero niquelado.

Este mueble sirve de repisa para un espejo colocado de forma inclinada. De esta forma, se siguen las teorías del Feng Shui que dictaminan que colocar un espejo que no refleja la puerta de entrada significa que todas las personas que entran en la vivienda reflejan su negatividad y no la introducen dentro de la misma sino que la dejan fuera.

Por otra parte, el juego de luces en el hall indica que el inquilino es elegante en su comportamiento, equilibrado y posee una personalidad abierta.

Japón en casa

Una estancia, dos ambientes; por eso, debemos ayudar a la óptica a discriminar entre una y otra. Al fondo se sitúa la zona de estar con paredes totalmente lisas que manejan en ideal comunión el blanco y el tostado. Uno de los detalles de mayor elegancia de esta habitación es la parte de la pared de detrás de los sofás, revestida con piedras de lajas de color beige que recuerdan a los jardines orientales. Esta piedra la escogió el técnico inspirándose en los jardines japoneses con pequeñas fuentecitas, así la caída de luz de los fluorescentes imitan al agua.

En cuanto a la iluminación, ésta recurre a la siempre soberbia lámpara de pie con trípode de Santa&Cole. Para lograr la comodidad en el momento de ver la televisión, se ha dispuesto de forma oculta una tira de fluorescentes tras la cornisa de la piedra; así se disfrutará de una buena película sin el obstáculo de los reflejos de luz. La caída de la luz desde la cornisa a través de la pared de piedra recuerda a las fuentes japonesas, dándole otro punto más a la relajación y el sosiego.

Comunicación tonal

La sensación de sentarse en el sofá y sentir como éste nos abraza suavemente es precisamente la que nos ofrecen los ejemplares seleccionados para este salón.

A ambos lados, se sitúan dos mesitas auxiliares en el acabado de la madera más en boga en estos momentos: el wengué. Completan el conjunto una mesa blanca de líneas rectas apoyada en una alfombra pistacho. En la zona de la lámpara de pie, se erige una magnífica zona de lectura junto a un banco de acabado wengué y un gran cojín de color intenso.

El comedor se origina partiendo de una mesa extraíble rematada en wengué y sobre vidrio al ácido.

Las sillas que la arropan son de piel naranja y apoyos también en wengué. La mesa está presidida por una lámpara de tela de color naranja. Un aparador de color blanco guarda los utensilios para la comida y, sobre éste, se han colocado dos lámparas de globo con iluminación de color rojo y luz verde. Las paredes de este área se visten de papel vinílico con motivos de arte pop, en color verde y blanco.

El lenguaje de los colores es una de las armas efectivas a la hora de establecer las pautas decorativas de una vivienda. Es por ello, que la correspondencia entre los elementos se simplifica al máximo si éstos establecen uniones totales.

Así, las cortinas naranjas, comulgan con el comedor y con la lámpara de techo, creando el primer eje. Otras líneas sugeridas son la que une la luz roja de las lámparas de globo con el cojín y la que une la luz verde con la alfombra.

Máxima sensibilidad

El corazón de la casa ha sido planificado con el más absoluto de los cuidados. El color lavanda, que propicia el descanso y el sueño, da la mano al blanco y a papeles vinílicos de color grafito y textura de serpiente dispuestos en la zona del cabecero.

El cuadro, inspirado en el mundo marino, está enmarcado en madera lacada en negro. Estrecho y alargado, aporta contraste mientras que los materiales empleados por Silván -pasta y rejilla metálica- son exponentes del volumen.

Para la cama, continúa apostándose por la corriente oriental.

El lecho consta de una estructura lacada en negro y un tatami. Tiene dos mesitas bajas a ambos extremos y dos lámparas de pie de tamaño desigual para darle al ambiente otro matiz de contraste.

En el suelo se distribuyen alfombras circulares de colores rojos y grises de inspiración orgánica. Así, el inquilino no tiene más que poner un pie en el suelo para saludar a la naturaleza nada más despertar.

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