Uno de los minerales dietéticos más importantes para la piel es el zinc. Es parte de la barrera entre el ambiente interno y externo del cuerpo y regula una serie de procesos fisiológicos. Para realizar sus funciones, debe consumirse diariamente con alimentos, y en algunas situaciones también a través de suplementos.
Importancia fisiológica del zinc
El zinc es uno de los oligoelementos, pero a pesar de la necesidad expresada en miligramos, es importante para todo el cuerpo. Participa en la formación de ADN, formación de proteínas y procesos relacionados con el crecimiento, desarrollo y maduración del cuerpo, el funcionamiento de los sistemas inmunológico y endocrino, y los sentidos del olfato y el gusto.
El papel del zinc en el mantenimiento de una buena condición de la piel también es importante. Este elemento forma parte de las principales células que forman la “capa” externa del cuerpo, es decir, los queratinocitos. Grandes cantidades se encuentran en los músculos esqueléticos y los huesos, que también dan forma al cuerpo humano.
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La necesidad de zinc
El cuerpo adulto necesita alrededor de 8 mg de zinc por día para las mujeres y 11 mg para los hombres, dependiendo de muchas variables. Las recomendaciones detalladas sobre el nivel de consumo de este elemento dependen de:
- La etapa y el ritmo de desarrollo del cuerpo
- El nivel y tipo de actividad física
- El estado nutricional (por ejemplo, biotina, hierro)
- El tipo de dieta, higiene del estilo de vida (por ejemplo, consumo de alcohol nivel)
- La condición del tracto digestivo y la eficiencia de absorción
- Condiciones fisiológicas como el embarazo, la lactancia o ciertas enfermedades.
Pueden producirse carencias como consecuencia de un consumo insuficiente de carnes y vísceras, algunos lácteos y huevos, así como de marisco, alubias blancas, trigo sarraceno, garbanzos, pipas de calabaza o frutos secos, que son abundantes en este mineral.
Cabe recordar que, como en el caso del hierro, Las fuentes zoonóticas de zinc también son más fáciles de digerir. Ciertos trastornos genéticos y la inflamación intestinal también pueden tener un efecto negativo en el metabolismo del zinc.
Deficiencia de zinc y condición de la piel
El agotamiento de las reservas de este elemento en el organismo puede estar relacionado con el deterioro de la calidad de los tejidos que construye, incluida la piel, especialmente la epidermis. Sus deficiencias pueden afectar negativamente el riesgo de ocurrencia y el curso de, entre otros, pelagra, eritema necrótico errante o alopecia areata. Además, pueden debilitar la respuesta del cuerpo al daño de la piel y ralentizar la cicatrización de heridas.
Cuando la dieta actual no es capaz de cubrir la demanda y existen factores que limitan la absorción, conviene considerar complementar la dieta con un preparado que contenga zinc. Esto puede resultar útil para contrarrestar los trastornos de la piel causados por la deficiencia de zinc, así como otros síntomas, que incluyen, entre otros, debilitamiento del sistema inmunológico o trastornos hormonales.